Las pantallas estimulan el cerebro
A día de hoy, tenemos un debate abierto sobre el beneficio o perjuicio de las pantallas en nuestros jóvenes, un debate que está malinterpretándose o vinculándose incorrectamente con el uso de dispositivos tecnológicos en el aprendizaje, en educación. Y es que, el impacto de las noticias, el acceso a la información que tenemos en la actualidad, nos hace recibir todo tipo de información sin filtro alguno, para lo bueno y lo malo, información a veces poco veraz o poco evidenciada pero que, como el título de este artículo, impactan en el espectador. A esto, hay que añadir que estamos en la era digital, conviviendo ciudadanos nativos e inmigrantes digitales.
Un poco de teoría:
El lóbulo frontal es responsable de las funciones ejecutivas, como la planificación, la organización, la toma de decisiones y el control inhibitorio. Estas funciones son esenciales para el aprendizaje, la resolución de problemas y la toma de decisiones. El lóbulo parietal es responsable de la percepción, la atención y el procesamiento de la información sensorial. Estas funciones son esenciales para la comprensión del mundo que nos rodea. El lóbulo temporal es responsable del lenguaje, la memoria y el aprendizaje. Estas funciones son esenciales para la comunicación, el aprendizaje y el desarrollo personal.
¿Qué desarrollan las pantallas a nivel cerebral?
Lóbulo frontal:
En concreto, se activa la corteza prefrontal que es una región del lóbulo frontal que es responsable de las funciones ejecutivas, ya que requiere que los niños utilicen estas habilidades para navegar por los menús, gestionar las tareas y evitar las distracciones.
Lóbulo parietal:
La corteza parietal del lóbulo parietal, es la región responsable de la percepción, la atención y el procesamiento de la información sensorial y se activa al requerir que los niños utilicen estas habilidades para comprender la información visual y auditiva que se les presenta.
Lóbulo temporal:
En la corteza temporal, región del lóbulo temporal y responsable del lenguaje, la memoria y el aprendizaje, el uso de pantallas puede activarla , ya que proporciona a los niños una gran cantidad de información y oportunidades para practicar estas habilidades.
Las pantallas estimulan el cerebro de nuestros jóvenes, de formas que no creíamos posibles y favorecen la maduración neuronal pues, a medida que el cerebro madura, las neuronas se conectan entre sí de forma más eficaz. Esto permite que el cerebro procese la información de forma más eficiente. Además, la experiencia que adquirimos con los procesos que se dan con las pantallas, también juegan un papel importante en el desarrollo del cerebro, pues estimulan el crecimiento y la formación de nuevas conexiones neuronales.
¿Hay algo malo? ¿Son las pantallas perjudiciales?
La respuesta corta es que NO, las pantallas no son malas para las personas. Sin embargo, el uso excesivo de pantallas como cualquier otra cosa (tabáco, juegos de azar, sexo, comida...) puede tener algunos efectos negativos en la salud y el desarrollo.
Entonces la clave está en saber hacer un buen uso de las pantallas. Aquel que solo coma bollería industrial a todas horas y todos los días, tendrá problemas de salud cardiovascular, obesidad, problemas en el metabolismo, dificultades de concentración, deficiencias nutricionales... Por lo tanto, aquel que no sepa hacer un uso correcto de las pantallas, también tendrá problemas psicosociales y de salud.
Entonces... ¿Qué hacemos?
Vamos a ver qué debemos hacer para cuidarnos y usar las pantallas.
Limitar el tiempo de pantalla:
La Asociación Americana de Pediatría recomienda que los niños menores de dos años no tengan ningún tiempo de pantalla, que los niños de dos a cinco años tengan un máximo de una hora al día de tiempo de pantalla y que los niños de seis a 18 años tengan un máximo de dos horas al día de tiempo de pantalla. Los adultos también deben limitar su tiempo de pantalla a un máximo de dos horas al día.
Establecer límites:
Es importante establecer límites claros sobre el uso de las pantallas, tanto para los niños como para los adultos. Estos límites pueden incluir horarios específicos para el uso de las pantallas, lugares donde se pueden utilizar las pantallas y actividades que se pueden realizar con las pantallas.
Fomentar otras actividades:
Es importante fomentar otras actividades que no requieran el uso de pantallas, como el juego libre, la lectura, la música, el arte y la artesanía, el ejercicio físico y la interacción social. Estas actividades pueden ayudar a compensar los posibles efectos negativos del uso excesivo de pantallas.
Cuidar la salud ocular:
La luz azul emitida por las pantallas puede provocar fatiga ocular, dolores de cabeza y visión borrosa. Para proteger la salud ocular, es importante tomar las siguientes medidas:
Utilizar una pantalla con una buena configuración de brillo y contraste.
Mantener la pantalla a una distancia de al menos 60 centímetros de los ojos.
Realizar descansos frecuentes para los ojos, cada 20-30 minutos.
Utilizar gafas con filtro de luz azul.
Cuidar el sueño:
El uso de pantallas antes de acostarse puede dificultar el sueño. Para favorecer el sueño, es importante evitar el uso de pantallas al menos dos horas antes de acostarse.
Evitar la adicción:
El uso excesivo de pantallas puede provocar adicción. Para evitar la adicción, es importante ser consciente del tiempo que se pasa frente a las pantallas y tomar medidas para reducirlo si es necesario.
Ahora bien... ¿Hacemos lo correcto los adultos para educar a los más pequeños?
Y aquí la refelxión para todos los lectores:
¿Somos el ejemplo a seguir?
¿Somos un buen modelo de aprendizaje para nuestros jóvenes?
¿Sabemos controlar nuestra adición a las pantallas?
Y un poco más de reflexión...
¿Que diferencia hay entre exponerse a las pantallas hoy o exponerse a las pantallas el 28 de octubre de 1956? Y digo esto porque ese fue el día en el que apareció la televisión pública en España y también era una pantalla. Fijemonos en que los nacidos ese año, con la llegada de la pantalla, tienen hoy 66 años. ¿Nadie se preocupó de ellos frente a las pantallas?
Hay muchas cosas que nos podemos preguntar, muchas cosas que investigar pero debemos entender que el futuro es el pasado y que lo que llega y llegará cambiará la humanidad. En fín, "las pantallas estimulan el cerebro de nuestros jóvenes, de formas que no creíamos posibles".
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